No sé que le pasa a
mi cabeza, no sé…. Otras veces solo tenía que pasar un minuto pensando las
palabras escapaban de mí como el agua cuando rompes una presa. Puede que mi
alma se haya congelado… que tras tanto sufrimiento, heridas y desamores haya
decidido encerrarse en si misma, convertirse en un bloque de hielo, en una
fortaleza inexpugnable en la que no puedo ni entrar ni salir… una fortaleza con
unos muros tan firmes que no me permiten ni siquiera escuchar mi voz. Una
fortaleza laberíntica…. un laberinto, lo suficientemente grande para que en él
se encuentren perdidas mis esperanzas, mis sentimientos, mis ideas y mi propio
ser. Pero no todo es malo, hay una forma de finalizar con esto… pero la
solución no está en mis manos… ni siquiera se donde está… no sé si está dentro
o fuera de la fortaleza en la que me encuentro… pero sé cual es la solución. La
solución es una sonrisa… esa sonrisa… esa sonrisa que hace que me sienta la
persona más importante del mundo… el único problema, es que no se quien va a
ser quien me la regale…
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